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Se denomina contacto precoz piel con piel al que se realiza inmediatamente tras el parto, del recién nacido con su madre. Tradicionalmente, esta práctica ha proporcionado calor y alimento al recién nacido y ha permitido poner en marcha el proceso de vinculación, además de ser sumamente grata para la madre y tranquilizadora para el bebé.
El recién nacido presenta, después del parto, un periodo especial en el que se encuentra en un estado de alerta tranquila, gracias al cual puede interactuar con su madre, reptar sobre su abdomen, desplazarse hasta el pecho e iniciar el amamantamiento de forma espontánea.
Hasta hace no mucho tiempo, la separación de la madre y su bebé formaba parte de los cuidados rutinarios ofrecidos en las maternidades hospitalarias. Sin embargo este debe ser: INMEDIATO, SIN INTERRUPCIONES y MANTENIDO durante al menos una hora o hasta que se complete la primera toma.
Comportamiento del bebé durante el contacto precoz piel con piel
Tras el nacimiento, el bebé descansa sobre el cuerpo de su madre, adquiriendo una coloración sonrosada, abriendo los ojos y realizando pequeños movimientos durante los primeros minutos de vida. A continuación, pone en marcha los reflejos de arraigo (pataleo, reptación, cabeceo, lametadas, búsqueda y succión del puño que está impregnado del olor del líquido amniótico materno), lo que le permite acercarse al pezón y realizar un agarre espontáneo.
Beneficios para el recién nacido
• Consume menos energía (menor riesgo de hipoglucemias) y presenta menor riesgo de infección.
• Se encuentra en un estado de alerta tranquila que se caracteriza por menos episodios de llanto y una frecuencia cardiorespiratoria más estable.