Hoy, cada vez más son los hombres que desean ser parte de todas las etapas del embarazo y de la crianza de sus hijos. Por eso, aumentan también los que participan de talleres en los que les enseñan a cultivar esa sensibilidad.
Hasta hace pocos años, el proceso del embarazo y el parto eran un privilegio femenino. De un tiempo a esta parte, sin embargo, los hombres se involucran en la espera de su hijo desde que es concebido lo que contribuye a desarrollar el vínculo afectivo del apego desde antes del nacimiento.
Esta relación padre e hijo o hija comienza en el embarazo y se acrecienta en los primeros meses de vida del bebé. Se inicia acompañando a la madre en los controles y ecografías, participando activamente de talleres de padres, hablando y estimulando al niño cuando aún está en el útero.